Nueva York

Para llegar hasta San Francisco donde su padre y hermana Mercedes la esperan, debe entrar en el nuevo continente por Nueva York y pasar los controles de inmigración en la Isla de Ellis.

Cuando visito la isla, imagino a la joven Tina, tras un viaje incierto en tercera clase, emocionarse ante la llegada, temer no pasar los controles… Imagino las primeras visiones de una muchacha con la curiosidad y las ansias de vivir a flor de piel observando por primera vez un mundo que ni siquiera podía imaginar.

 

¿Puede ser para una niña el primer contacto real con el paso del tiempo su adolescencia?

La mirada hacia adelante con la ilusión inocente por lo nuevo.

La mirada hacia atrás con la dolorosa imposición de una madurez en la que ya no se incluye el juego.

Isla de Ellis

Podemos imaginar al visitar el lugar, las vivencias de las personas que atracaban en la isla, por ejemplo, ese mismo mes de 1913 en que llegó Tina con 16 años. Los olores tras dos semanas hacinados en la tercera clase del buque, los parásitos, los empujones, los equipajes, el temor a ser identificados como no aptos, el agotamiento subiendo la escalera para llegar a un gran salón atestado de gente. ¿Y Tina? viajando sola siendo menor de edad, la preocupación por la incertidumbre de su familia durante el viaje, tener que mentir sobre su fecha de nacimiento para poder viajar sola y entrar en un nuevo continente… Assunta Modotti, año de nacimiento aproximado 1893 (tres años antes de su fecha real), así aparece en los registros de las listas de pasajeros. 

Primera vista de Nueva York

Primeras vistas de Nueva York

Asomándose a una nueva vida

Ellis Island

Llegada a Ellis

La espera en Ellis Island

La espera en Ellis Island

La espera en Ellis Island

Throckmorton Gallery

Llego a esta galería de arte a partir de mis conversaciones con Christiane Brackhausen. Le pregunto por el retrato de Tina del que habla en su libro, me responde que se vio obligada a venderlo a una galería de Nueva York cuando se unificaron las Alemanias, que sus ahorros de la República Democrática Alemana perdieron su valor. Era la Galería Throckmorton, pero hacía más de cuarenta años de eso y no podía saber si la fotografía seguía estando allí.

Contacto con la galería, les visito y sacan cajones y cajones relacionados con Tina; y allí está, el retrato que Edward Weston hizo a Tina Modotti, el mismo que ella siempre llevaba consigo, el mismo que dedicó y regaló a su amigo Baltasar Dromundo antes de tener que salir de México para Europa, el mismo que un anciano Baltasar Dromundo vendió de manera simbólica a mi actual amiga Christiane. Y allí estaba esa fotografía que habían tenido en sus manos Weston y la misma Tina, y que tanto había significado para ella.

No podía creerlo.